Fraude en la venta de islas y costas
En la red se pueden comprar dos islas en Bocas del Toro por 3 millones de dólares.
Mario A. Muñoz y Angel Santiago Pimentel
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Las islas y zonas costeras de Panamá son objeto de deseo de un gran número de inversionistas, sobre todo extranjeros, que pretende desarrollar proyectos turísticos en el país, pero que también pueden ser presa de millonarios fraudes, según informaron fuentes del sector.
La principal herramienta de mercadeo de los promotores son páginas de internet, en las que se ofrecen islas a precios exorbitantes, lo que genera inquietud entre los corredores de bienes raíces, ambientalistas y autoridades.
En el archipiélago de las Perlas, por ejemplo, se venden 100 hectáreas a 2.1 millones de dólares; dos islas en Bocas del Toro valen en la red 3 millones de dólares; y en Veraguas se ofertan terrenos de 378 hectáreas con vista al mar por 18 millones de dólares.
Elda Sanzón, presidenta de la Asociación Panameña de Corredores y Promotores de Bienes Raíces, advirtió que los interesados deben asegurarse que los vendedores cuenten con la debida licencia en el Ministerio de Comercio e Industrias, ya que pueden ser objeto de fraude.
Igualmente, el director de Catastro y Bienes Patrimoniales, Benjamín Colamarco, dijo que la Junta Técnica de Bienes Raíces ha estudiado la proliferación de ofertas sobre islas panameñas, muchas de las cuales son ficticias.
El funcionario agregó que la Junta no cuenta con el personal para investigar las denuncias de fraude, ni tampoco con el respaldo legal ya que el comercio electrónico carece de reglamentación en el país.
En el archipiélago de Bocas del Toro se encuentran varios proyectos de urbanismo en construcción que, según denuncian los moradores, no respetan la vocación de santuario natural. Asimismo, el técnico en recursos naturales Hubo Binns dijo que ecológicamente se están subdividiendo los hábitats y afec- tando el ambiente.
(Vea Crece interés por comprar islas paradisiacas en el país)
Crece interés por comprar islas paradisiacas en el país
Mario A. Muñoz
andresm@prensa.com
Cada día aumenta el número de anuncios en la internet y avisos clasificados que ofrecen en venta islas panameñas con playas hermosas, arena fina y sol espléndido.
Las ofertas promocionan islas completas o fracciones de ellas, tanto en el Pacífico como en el Atlántico, en diversas provincias a lo largo del territorio nacional.
"Vendo hermosa isla de 54 hectáreas en Bocas del Toro, a un millón 80 mil dólares, buen clima". "Compre 150 hectáreas dentro de la isla de Boca Brava, en Chiriquí, a siete millones 500 mil dólares". Y "tengo en oferta 20 hectáreas en la isla de Taboga, a dos millones de dólares", son algunos de los anuncios que circulan en los medios locales .
Los promotores de estos "paraísos" destacan el agua cristalina, los refugios para aves, la vegetación virgen y la lejanía de los centros urbanos.
Los anuncios subrayan que los lugares en venta son ideales para proyectos turísticos, inmobiliarios y resorts, con facilidades para atracaderos, pistas de aterrizaje e, inclusive, exóticos campos de golf.
Librada de Beseler, una vendedora de estos terrenos, explicó que en estos momentos hay un auge y una fuerte demanda por parte de inversionistas, que en su mayoría son extranjeros y no solo procedentes de Estados Unidos, sino de Canadá y Europa.
También se ha destacado el interés de inversionistas centroamericanos, sobre todo de Costa Rica.
"Me tocó atender a una pareja de italianos que residió por 10 años en ese país, y ahora quiere venir a Panamá porque busca mayor seguridad", cuenta la promotora.
Los empresarios panameños que compran este tipo de propiedades solo lo hacen para revenderlas.
Pero los ambientalistas no ven con buenos ojos la creciente demanda de terrenos costeros. "Nosotros estamos muy preocupados porque se está produciendo un despojo generacional de recursos que le pertenecen a todos los panameños", expresó el biólogo Ariel Rodríguez.
El especialista advierte que se puede destruir paulatinamente la biodiversidad, que es justamente lo que los inversionistas buscan, porque las islas son sistemas naturales delicados y aislados.
Rodríguez recomienda promover la inversión en infraestructura turística para uso público, pero no la de "emporios privados a espaldas de las comunidades que han residido tradicionalmente allí".
Entre las islas amenazadas mencionó El Rey, Escudo de Veraguas, Bastimentos, Solarte y Colón.
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